¿Cómo se sigue adelante cuando se acaba el camino?
¿Cómo se puede bajar si no se ha subido?
Qué hago para olvidar, si no me alcanza la memoria para recordar que debo olvidarle.
¿Cómo se puede bajar si no se ha subido?
Qué hago para olvidar, si no me alcanza la memoria para recordar que debo olvidarle.
Cómo olvido sus besos si no puedo olvidar el saber de su boca.
Cómo olvido su cuerpo si no puedo olvidar el calor de sus manos.
Cómo olvido sus ojos, si todavía recuerdo cada mirada.
Cómo olvido su aroma, si aún me embriaga el olor de su piel.
Y trato inútilmente de olvidar, pero me olvido que debo olvidarle y empiezo de nuevo a recordar...
¿Cómo empiezo de nuevo si no soy capaz de empezar?
¿Cómo me enfrento al futuro si no soy capaz de olvidar?
¿Cómo me enfrento al futuro si no soy capaz de olvidar?
Mi querida Magdalena: ¡cuántas preguntas!... el otro día le decía a un amigo que la vida es una eterna interrogación con poquitas respuestas, muchas (, y ;) alguna (¡!) y demasiados (...)
ResponderEliminarSobre todo hay días que los recuerdos nos invaden, y para colmo, la parte buena, esa que nos enferma de nostalgia.
Besitos
Sólo hay una cura, el tiempo y la asunción consciente de lo perdido, duro y seco camino, pero preciso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Como dice Pilar, el tiempo todo lo cura, simplemente hay que seguir adelante, tal vez un día cuando estemos reforzados y encallecidos podremos parar un momento para mirar atrás, pero ojo, solo para coger fuerzas para seguir adelante.
ResponderEliminarbesos