martes, 30 de octubre de 2018

Alguien que...


En estos tiempos en los que se quiere a ratos, sin contratos ni manual, echo de menos aquel amor que sacude el alma y que llega sin avisar.
Ahora que nos queremos tanto pero que nos queremos tan mal, extraño la revolución de sentirme única en unos brazos que merecen exclusividad, pero no porque lo hayan pactado sino porque no quieren abrazar a nadie más. 
No quiero amores  a medias, ni margaritas sin deshojar, sólo a alguien que me ame como a nadie y a quien amar como a nadie más.
Quiero un cuerdo que me vuelva loca y un payaso sin disfraz, ser la musa de un pintor que no sepa dibujar.
Quiero ser la banda sonora que alguien ponga en su vida, la tejedora de sueños, de retales y retahílas que nos contemos de noche, cuando la luna esté dormida.
Busco a alguien que llene mis vacíos y se deje vaciar, que me pinte la luna en un folio de esos que guardas para enmarcar, que me haga cosquillas de noche y me invite a desayunar.
Alguien que me deje notas olvidadas en papeles de color y que dibuje nuestros nombres dentro de un corazón.
Quiero a alguien que no me quiera por lo que aparento ser sino por todo lo que no soy, que descifre mis temores y me haga sentir mujer, que rescate a aquella niña que llevo tatuada en la piel
Ahora que el amor está de saldo en el mercado del querer, que da igual con quien te acuestes y a quien entregues la piel, extraño aquellos abrazos que te hacían renacer.
Quiero a alguien a mi lado que me haga ser mejor, que me regale sonrisas cuando no me aguante yo, que me bese con ternura y que encienda la pasión, que me hable con miradas y me atrape el corazón.
Alguien que me pellizque el alma cuando pronuncie mi nombre, que me haga sentir que en la tierra no existe ningún otro hombre.
Alguien que me devuelva la vida que otros me arrebataron, que se convierta en lo que me gusta llamar  mi TODO...mi amante, mi amigo y hermano.

Ilustración: Amanda Cass




domingo, 14 de octubre de 2018

Si me quieres a tu lado

Quizás si conocieras mi despertar, no desearías dormir conmigo. 
Si supieras que no soporto madrugar ni sé sonreír hasta después del segundo café, quizás no quieras amanecer en mi cama. No es lo mismo quererme de noche, que quererme por la mañana.
Si estás dispuesto a enamorarte de mi, a veces tendrás que hacer la vista gorda. Fingir que no ves mis estrías, ni mis pechos ya caídos ni los kilos que me sobran.  Disimula cuando me veas sin peinar, con la ropa de "andar por casa" y la cama sin hacer.
Hazte el  sordo cuando me queje de que no tengo nada que ponerme, que la ropa no me combina o que ya no me sienta bien.
Es mejor que me ignores cuando esté enfadada con el mundo, o según  mi propio criterio, el mundo esté contra mi.
Si ves que no tengo el mejor de mis días, limítate a sonreír. Cuando se me pase el enfado dame un  toque de atención, si me ayudas a reflexionar no tardaré en pedir perdón.
Si me quieres en tu vida vas a tener que aprender idiomas porque ni yo misma me sé traducir. A veces no sé lo quiero y a veces no sé querer. Espero lo contrario que digo y digo lo contrario que pienso, a veces pienso en colores y a veces en blanco y negro.
Contradictoria en deseos, generosa en mi querer, difícil cuando me enfado y un amor cuando te pienso.
Si me quieres a tu lado, no será fácil, te lo advierto. Unos días no me aguanto y otros días no me quiero, pero cuando me siento feliz toco el cielo con los dedos.
Te enseñaré mis demonios cuando necesite salir de mi infierno. Tendrás que tenderme la mano que yo me ocupo del resto, pero debes estar dispuesto a quemarte porque vas a correr el riesgo.
Has de saber de mi, que no soy todo lo que aparento. Ni todo lo que callo, ni todo lo que cuento.
Me gusta la gente sencilla y libre de pensamiento,  saber leer entre líneas y poder decir lo que siento.
Me enfado con el espejo, me peleo con la vida, me irritan las mentiras y me asusta el sufrimiento. Todo eso me hace irascible en mis peores momentos, si careces de paciencia mejor no cruces la puerta que conduce a mis sentimientos.
Los años me han dado experiencia pero también se han llevado los sueños, algunos que ya no me importan y otros que sí que anhelo.
Soy torpe por naturaleza y tengo un millón de miedos. Me pierdo en cualquier lugar, a mi edad aún no me oriento. No sé interpretar un mapa pero con las letras me entiendo. Si me sabes descifrar, no vas a encontrar secretos.
Si aún con todo esto decides quedarte a mi lado, sopesa lo malo y lo bueno. Si te arriesgas a quedarte tendrás que querer mis defectos.
Sólo te prometo una cosa, todo a una carta me juego, si me quieres en lo malo, te doy mi vida en lo bueno.

viernes, 5 de octubre de 2018

La partida terminó.


Ahora que ya nada importa, que el rey se comió a la dama, 
la partida terminó, el tablero volvió a su caja.

El juego que tanta vida nos dio ha tenido que acabar,
el corazón y la razón, unidos no pueden jugar.

Pero al igual que en la vida, hay jugadas que se graban
en lo más profundo del ser, para nunca ser olvidadas.

Gracias por cada movimiento, por cada momento,
por cada sonrisa, por cada palabra.

Gracias por las noches en cueros, aún con la ropa puesta
gracias por hacerme el amor, sin tener que abrir las piernas.

Gracias por despertar mariposas, por hacerme sentir deseada,
por ayudarme a recordar que no debo perder la esperanza.
Que la vida es una suma de encuentros,
y que para bien o para mal, lo que tiene que pasar, pasa.

Siempre serás el rey negro, yo siempre la blanca dama.
Y aunque ahora ya todo da igual, hay cosas que no se acaban,
cuando dos personas conectan, por siempre se unen sus almas.



Sabina lo diría de otra manera:

"Ahora que, sin querer, 
hemos sabido querernos como es debido, 
sin querernos todavía".