lunes, 12 de diciembre de 2022

El alma muerta

Se me acumulan los deberes y se me agotan las ganas. Se me pierde el tiempo y no sé a dónde ir a buscarlo. Estoy cansada de esperar la oportunidad que no llega, de que se haga realidad el sueño que, pensándolo bien, hasta dejé de soñar. 
He perdido la cuenta de las decepciones que cargo a cuestas, de las personas que un día se quitaron la careta para enseñarme que también decepciona quien menos te lo esperas. 
Acumulo el dolor de partidas de quiénes si han dejado huella. Arrastro fracasos personales y frustraciones que se hacen eternas. Sigo sin encontrar a la mujer que quiero ser, a la que un día fui y a la que sigo esperando de vuelta. 
Me paraliza el miedo, me encadena la tristeza. Me pesa el fracaso que llevo por dentro, no sé cuál ha sido el delito pero siento que cumplo una pena.
No me gusta lo que veo en el espejo, no me gusta ni siquiera que me vean. Siento que me desarmo con demasiada facilidad y que lloro con mucha frecuencia, que da igual lo que pase ahí fuera si me protege un nórdico de color chocolate o naranja si le doy la vuelta.
Quiero cerrar los ojos y creer que pronto todo va a cambiar porque dicen que con el tiempo todo llega, pero yo no tengo tanto tiempo, mi alma se empieza a poner vieja. La vejez no es una cuestión de edad, la vejez está en la cabeza y la mía desde hace tiempo, está muy lejos de la tierra.
Divago, planeo, proyecto...pero no tengo ilusiones que me sostengan. Mañana me volveré a disfrazar de negro, me volveré a poner la coleta y sonreiré y me reiré y hasta haré alguna broma...aún sintiendo que tengo el alma muerta.






P.D. Ilusitración de Amanda Cass