martes, 3 de agosto de 2021

Ella no es puta porque tú la llames puta


Mientras espero a que llegue mi café, no puedo evitar escuchar una conversación que procede de la mesa que está justo detrás de la mía. El "momento café" después de una dura jornada de trabajo es uno de esos instantes que me gusta disfrutar con calma, mientras curioseo con el móvil o navego en mis propios pensamientos. Intento centrarme en un artículo que estoy leyendo pero es imposible desconectar el cerebro y hacer oídos sordos al discurso tan atroz que me llega sin dificultad.
Quizás no la conozca pero al escucharlo hablar de ella, siento que podría ser mi vecina del segundo o mi mejor amiga, incluso mi compañera de trabajo o por qué no, yo misma. Se me retuercen las entrañas y levanto la mirada desafiante para que sepa que no me he perdido ni una coma de su presentación. Me mira de arriba a abajo y en ese momento sé perfectamente lo que está pensando. Me dan ganas de vomitarle pero me limito a sostener la mirada, pensando con lástima, en cuántos más como él salen cada día a la calle.  
Han pasado algunas horas desde aquel café y varios kilómetros me separan del lugar, pero mi mente sigue allí, recordando aquella conversación.
-Déjame decirte que ella no es una puta porque tú la llames puta. No es una puta porque haya decidido abrir un botón más de su escote, dejando entrever un pedazo de encaje negro. Da igual si sus pechos son  de verdad o de plástico-como tú dices- Son suyos. ¡Qué coño te importa! 
Me avergüenza escucharte hablar de ella con un argumento tan machista, tan lleno de vacío en el que te escudas para descalificarla, para sentirte más hombre, por no decir más animal. Lo que no comprendes es que cuando hablas de ella en esos términos, en realidad te estás definiendo.
No es una puta porque, según tú, desempeñe un trabajo de hombres para tener donde elegir, ni porque no le de reparo sentarse sola en cualquier bar. No la convierte en puta que le guste resaltar sus rasgos con maquillaje, ni cambiar las deportivas por 10 cm de tacón. No es ninguna puta por usar ropa ajustada aunque se le marquen las carnes, ni porque afirmes que su tiempo de vestirse así ya pasó. Ella no es ninguna puta porque le guste vivir plenamente su sexualidad sin tener pareja estable ni ganas de tenerla. Por entender el sexo como un juego más de la vida para el que no es necesario tener vínculos con la otra parte. Acostarse con quien le apetece no la convierte en puta, de la misma manera que no hacerlo, no la convierte en santa.
No podemos normalizar este tipo de conversaciones ni acostumbrarnos a ciertos comportamientos que, lamentablemente, conducen a trágicos sucesos aún hoy, en un país desarrollado y diverso. Es vergonzoso que sigan muriendo personas porque alguien haya decidido que "son los otros o las otras".
Siempre seremos putas ante cerebros mutilados por el machismo, ante seres incapaces de asumir o de aceptar que las mujeres podemos llegar tan lejos como nos propongamos sin necesidad de acostarnos con alguien y luego poner la mano. Que podemos exhibirnos si queremos y que nadie tiene derecho a juzgarnos. Que no es una cuestión de edad llevar la falda más arriba o más abajo y que todas las personas merecemos el mismo respeto y las mismas consideraciones.
La discriminación en cualquiera de sus vertientes no va a terminar mientras exista desigualdad para ser y hacer, pensar, decir, sentir o amar. Mientras cualquier verbo cobre un sentido distinto si se cambia el sujeto. Mientras haya personas que consideren que están por encima de las demás. Mientras la intolerancia siga siendo la peor lacra social de todos los tiempos y la libertad de ser uno mismo o una mismo, necesite encontrar un pretexto.
La desigualdad no acabará mientras haya colores, juguetes, profesiones o aficiones de niños y de niñas. Mientras haya padres y madres que sigan educando de diferente forma a sus hijos y a sus hijas. Mientras el machismo siga extendiendo su manto y el etnocentrismo fomente actitudes homófobas, xenófobas y racistas. Mientras esta sociedad siga teniendo prejuicios y poniendo etiquetas. 
No seremos una sociedad igualitaria mientras haya un lugar o una persona que añada o quite derechos a otra por ser como es. No lo seremos hasta que el feminismo nos iguale en derechos, deberes y oportunidades.
La violencia seguirá manifestándose a través de la palabra y de los hechos, cobrándose víctimas mortales a veces, y dejando a personas muertas en vida.
Al macho de la mesa de atrás le quiero recordar, una vez más que: "ella no es una puta porque tú la llames puta. Tu discurso no la convierte en puta salvo para alguien que, como tú, podría calificarse como un auténtico cabrón".

viernes, 2 de abril de 2021

Más besos...por favor!


El día 13 de abril se conmemora el día internacional del beso, celebración que surgió gracias al beso más largo de la historia que duró 58 horas. Es una fecha que debería celebrarse todos los días del año por todo lo que se puede dar y recibir a través de un beso. 

No voy a hacer un decálogo del beso porque quedaría incompleto, aparte de que no soy una erudita en el tema. Tampoco puedo enumerar los tipos de besos o sus significados porque cada beso es único. Hay tantos clases de besos como de personas y su significado depende únicamente de quien lo da y de quien lo recibe, aunque hayan cientos de artículos que hablan de tipos, categorías y significados.

Según la RAE, "besar es tocar presionando ligeramente con los labios a una persona o una cosa, contrayéndolos y separándolos en señal de amor, afecto, deseo, saludo, respeto..."

No vamos a engañarnos, besar es una de las muestras de cariño más eficaces y directas que existen, pero cuando además se besa con amor...

Besar es un arte en sí mismo y de hecho el Kamasutra, uno de los libros sexuales más antiguos del mundo procedente de la cultura hindú, recoge en su manual de artes amatorias, veintidós tipos de besos donde se incluyen besos que no necesariamente se dan con la boca. 

Dice una famosa frase que "el primer beso no se da con la boca sino con los ojos". No puedo estar más de acuerdo con esa afirmación, lo que me lleva a pensar que somos susceptibles de dar y de recibir besos incluso sin ser conscientes de ello. Seguro que alguna vez has mirado a alguien y te han entrado unas ganas irrefrenables de sentir su boca en la tuya y ese gesto imaginario te ha provocado una corriente por todo el cuerpo. Esa sensación podría tratar de explicarse de muchísimas maneras, a mi se me ocurre por ejemplo ésta: cuando se te hace la boca agua delante de tu plato favorito después de mucho tiempo sin la posibilidad de degustarlo y miras el contenido de ese plato y tu cerebro comienza a enviar señales al resto de tu organismo. No le has dado el primer bocado y sin embargo, ya sientes la intensidad de su sabor y es una sensación tan placentera que comienzas a salivar. 

Creo que hay dos besos que nunca se olvidan, dos besos que recordaremos siempre. El primero (sin duda) y aquel beso que no dimos o que no nos dieron. Ese beso que siempre deseamos dar o recibir y que por una u otra razón nunca llegó. Besos que se quedaron en meras intenciones o deseos.

¿Recuerdas tu primer beso?, ¿y ese beso que al cerrar los ojos se convierte en persona?. !Qué bonito es pensar que somos el beso de alguien!. Que en algún lugar del planeta hay una persona que siempre nos recordará como su primer beso o que no podrá olvidar nuestros besos.

Está muy claro que besar a quienes queremos, es una manera precisa de mostrar afecto, gratitud, cariño, amor, consuelo. Besamos a los amigos, a la familia, a nuestras mascotas. Damos besos a fotografías y a cosas e incluso lanzamos besos al aire y besos al cielo, denotando que a pesar de que no haya un contacto físico, la emoción del beso sí está presente.

Cuando besar va más allá de poner nuestros labios sobre la piel o los labios de otra persona, esos besos se convierten en sensaciones difícilmente descriptibles. En el momento en que nuestra boca se aproxima los labios de esa persona que enciende fuegos artificiales en nuestro interior, el mundo deja de tener vida y durante unos minutos toda la vida del mundo, se concentra en el instante en que nos besamos.

Nunca entenderé cómo algo tan simple como unir los labios, rozar las lenguas, sentir la respiración y el aliento de otra persona fusionándose con tu propio aliento y respiración, puede provocar tal cúmulo de sensaciones. En ese instante en el que perdemos la noción del tiempo podríamos saltar al abismo sin ningún temor. No sé si hay un momento más mágico entre dos personas que el instante en que después de desearlo tanto, se produce ese impacto...el beso. 

Besar es acariciar el alma y pronunciar el discurso más elocuente sin mediar palabra. Mientras nos besamos nos volvemos ciegos, sordos y hasta perdemos la noción del tiempo, ya que todos nuestros sentidos están puestos en el beso. Está demostrado científicamente (que no lo digo yo) que mientras nos besamos, se acelera el ritmo cardíaco, se liberan hormonas, las pulsaciones del corazón aumentan,  quemamos calorías y se contraen al menos 34 músculos de la cara. Nos gustan tanto los besos porque producen un incremento de oxitocina, también conocida como la hormona del amor,  así como de endorfinas, cuyo efecto es una sensación relajante en el cuerpo, que alivia cualquier tensión. 

En el momento de besarnos con alguien que de verdad nos gusta, se crea un vínculo afectivo y de complicidad y en muchos casos, después de ese primer beso, para bien o para mal, nada vuelve a ser lo mismo.

Se ha escrito mucho sobre los besos. Protagonizan canciones, películas y cientos de poemas y frases que giran en torno al beso. Dijo Neruda que "en un beso sabrás todo lo que he callado". 

Aprovecho este texto para reivindicar más besos (desde que el Covid nos de una tregua), con frases que recopilo en mi cuaderno de cosas importantes para reforzar mi argumento.

Vamos a "besarnos más y a preocuparnos menos", prometiéndonos que "sólo tenemos tres opciones; me besas, te beso o nos besamos", porque "a besos entiendo y a besos también". No se puede discutir que "uno siempre recuerda los besos donde se olvidó de todo" y aunque a veces duela recordar,  "los años curan las heridas pero los besos crean adicción", así que "no dejes para mañana los besos que puedas dar hoy". Ten muy en cuenta que "si das besos de buenas noches, tendrás noches de buenos besos" y que aquellos "besos que no se entiendan, los puedes repetir". No insistas en vencer siempre, "si juegas a besar, déjate ganar" y sobre todo, no olvides que "el beso es cultura; besando se conocen otras lenguas" y lo más importante, "un beso tiene derecho a interrumpir cualquier frase". 

Y para finalizar este homenaje al verbo besar, me atrevo a intentar rimar mis besos en un intento fallido de versar, pero como de besar se trata qué más da si se hace rimando. Lo único que pretendo reclamar es que nos sigamos besando

Hay besos robados y besos escondidos.
Besos fugaces y besos perdidos. 
Besos tímidos y besos apasionados. 
Besos con lengua y también deslenguados. 
Besos de ira y besos de infarto. 
Besos de amor, besos de tregua. 
Besos de paz y besos de guerra. 
Hay besos de risa y besos de pena. 
Besos fríos y besos calientes, 
Besos sin pausa y besos valientes. 
Besos dulces y besos salados. 
Besos de Judas, besos de amigos y besos de hermano.
Besos de gloria y besos de calma, 
Besos que se olvidan y besos que llegan al alma. 
Besos de película, de serie romántica 
Besos que destruyen todas las murallas. 
Besos que pasan sin pena ni gloria 
Y besos que por siempre se quedan en la memoria.

(Hay tantos besos como personas)