Luego en casa, me perdí entre el verde de mis nuevas plantas y flores, con las que estoy tratando de darle vida a esos rincones que llevaban tiempo en silencio. Me encanta detenerme ante ellas y observar si tienen nuevos brotes, y sentirme orgullosa de contribuir a su crecimiento con mis mimos y cuidados. (Aunque confieso, que no puedo presumir de tener tan buena mano con las plantas, como por ejemplo mi abuela, aunque le pongo empeño.)
Una visita familiar, un par de cafés en el lugar de costumbre, una cena ligera y saludable, y una ducha de agua caliente, culminan este martes. Como ves, no hay nada aparentemente extraordinario, sin embargo, creo que hoy he valorado y sentido cosas que tenía olvidadas.
Por ejemplo, la suerte de tener a mi lado a la gente que realmente quiero que esté, aunque sienta ciertas ausencias.
La suerte de poder ver el mar cada día y disfrutar de él cada vez que me apetezca.
La suerte de conservar mi casa y sentir que cada rinconcito es un reflejo de mi.
Y la gran suerte de tener cientos de motivos para dar las gracias por estar VIVA.
Dicha toda esta parafernalia, me gustaría compartir hoy otra de esas reflexiones que forman parte de mi cuaderno de vida.
Una historia que merece la pena ser leída y recordada, especialmente cuando sintamos que los problemas nos manejan a nosotros, en lugar de ser nosotros quiénes decidamos sobre ellos...
EL FLORERO DE PORCELANA.
El Gran Maestro y el Guardián se dividían la administración de un monasterio Zen. Cierto día, el Guardián murió, y fue preciso sustituirlo. Así que el Gran Maestro, reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado.
-Voy a presentarles un problema -dijo el Gran Maestro- y aquél que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo.
Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala. Encima había un florero de porcelana carísimo, con una preciosa flor que lo decoraba.
-“Éste es el problema” -dijo el Gran Maestro –“resuélvanlo”-.
Los discípulos contemplaron perplejos el "problema”. Veían los diseños sofisticados y caros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello?
-“¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?”-se preguntaban.
Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada, salvo contemplar el "problema", hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los alumnos, caminó decididamente hasta el florero y lo tiró al suelo, rompiéndose éste en mil pedazos.
-¡Al fin alguien que lo hizo!-exclamó el Gran Maestro.- “Problema solucionado”. Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años. Usted es el nuevo guardián del Templo”-.
Cuando el alumno que había decidido resolver el problema regresó a su sitio, el Gran Maestro explicó:
- “Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello ó fascinante sea un problema. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, una historia de amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, aunque insistamos en recorrerlo porque nos trae comodidad. Sólo existe una manera de lidiar con un problema": atacándolo de frente y acabando con él”-.
Recuerda que un problema, es un problema.
No huyas de él. No lo escondas, simplemente ¡Acaba con él!
Clarísimo como el agua....a los problemas hay que atacarlos y resolverlos...y a por el siguiente para poder seguir caminando.
ResponderEliminarMe alegro que hayas disfrutado de tu día...y espero que hoy también sea especial...besotes
Los mejores días son los que no tienen nada de especial, sino que los hacemos "especiales".
ResponderEliminarPor cierto... bonito cuento!
Yo en cuanto a resolución de problemas tengo un primer paso: escribir el problema en un papel. Si el problema es tan sencillo de poder ser escrito con palabras, en un papel y con un lápiz... no es un problema tan enorme. Los peores son los que no hay forma de definirlos, ni explicarlos... pero si te concentras seguro que al final se puede.
Besos mil
¡Hola! creo que has aprendido a ser feliz con las pequeñas cosas y creo también que eres de las que piensan que si el problema tiene solución hay que enfrentarlo.
ResponderEliminarEspero que de nuevo hoy tengas un hermoso día, un abrazo lleno de afecto virtual, pero igual de valioso ¿no crees?.
Jo, me alegro de que tuvieras un día tan perfecto, es genial sentirse tan bien y tan a gusto con la vida propia, y con todo.
ResponderEliminarY la historia, muy ilustrativa, me ha gustado mucho la lección que enseña y la verdad es que no siempre sabemos enfrentarnos a los problemas. Al menos yo, casi nunca!
Un besote y siento no haberme pasado mucho últimamente!
Marita...es verdad que no podemos ir esquivando los problemas y dejándolos a nuestro paso, sino directamente suprimirlos, o al menos, hacerlos menos visibles.
ResponderEliminarUn beso guapa.
Srta. Loos...me ha gustado mucho eso de escribir el problema. Y estoy de acuerdo que con esa verborrea que tenemos, por muy complejo que fuera, al final hallaríamos la forma de describirlo.jajaja. Eso significa que no habrá ningún problema tan complejo, que no se pueda resolver.
Muchos besos.
Alondra...qué alegría volver a escuchar tu canto!!!!Es como una brisilla fresca muy agradable. He aprendido que el afecto virtual, se ha convertido en una parte de mi vida, así que es MUY VÁLIDO.
Muchos besos
Sonix...seguro que tienes más capacidad y resolución a la hora de enfrentar los problemas, que la que piensas. Una chica como tú, que es capaz de tomar "grandes decisiones", seguro que afronta con valentía lo que le echen.
Muchas gracias por la visita y muchos besos.
A las cuatro...Feliz Día.
Cuando me enfrento a un verdadero problema medito en él. Lo visualizo, le doy mil vueltas para verlo desde diferentes perspectivas, lo estudio y le hago la autopsia buscando a ver si se repitió en el pasado y cómo lo resolví, si es que lo resolví. Me funciona bastante bien.
ResponderEliminarEl cuento es uno de mis favoritos. Gracias por recordármelo.
Un abrazo
A veces los días más sencillos son los que nos hacen ver que estamos bien con nosotr@s mism@s.
ResponderEliminarLa moraleja de tu cuento... estupenda! Tomo nota!
Un besote Magdalena
Thot...es una buena filosofía "anti-problemas". Estudiarlos, analizarlos, verlos desde distintas perspectivas, destriparlos, darles la vuelta...y al final, hallar la manera de acabar con ellos.
ResponderEliminarGracias a ti por regalarme unos minutos de tu tiempo.
Muchos besos
Latrís...tienes razón, en la sencillez de las cosas, reside su encanto. A veces lo más simple, es lo más llamativo, lo más hermoso. Y si no...qué me dices de una simple flor???Hay algo más bonito que una flor???
ResponderEliminarEn fin...si te sirve para algo la historia, me alegro muchísimo.
Gracias por tu visita y un beso
Hojala la gran mayoria de los dias te levantaras tan feliz y bien contigo misma como hayer martes.
ResponderEliminarun placer leer tus bonitos textos.
que tengas una feliz semana.
Un placer saber que los lees, Ricardo.
ResponderEliminarCada día puede ser especial si uno se lo plantea. Conoces la canción que dice: "Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti"...
Pero claro, entiendo que es complicado levantarse siempre con el ánimo por las nubes, olvidar los problemas, aparcar las dificultades...eso sí, hay que intentarlo al menos.
Ricardo...un beso grande
Estas historias y tus palabras anteriores nos hacen apreciar más lo que tenemos y que muchas veces, por ser habitual o usual, no valoramos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias por el comentario Canoso. De eso se trata, de reflexionar sobre la gran suerte que tenemos, sobre los muchos motivos que tenemos cada uno de nosotros, para dar gracias a la Vida.
ResponderEliminarUn beso
Cuanta razón hay en esto, como siempre, en la simplicidad se encierra la sabiduría.
ResponderEliminar