viernes, 16 de agosto de 2019

Para ti, que bien podría ser yo.

Hace tiempo que no escribo. Admito que no sólo es una cuestión de falta de tiempo, sino también un desánimo que se prolonga demasiado. No me encuentro en el mejor momento de mi vida porque debo encontrar la salida en un laberinto que por momentos se convierte en un abismo donde el vértigo me paraliza. Pero no quiero hablar de mi, ni siquiera es el momento para transformar en palabras lo que siento, porque sería remover los "adentros" en un día complicado.
Hoy simplemente quiero compartir algo que escribí hace unos 14 años, cuando cada mañana abría mi chiringuito radiofónico y encontraba gente que terminó por ser parte de mi vida. Entre esas personas, ella. Simplemente ella.
Qué cosas tiene la vida, que más de una década después de haber escrito esta carta, hoy al releerla me siento protagonista. Por capricho del destino, no sólo comparto apellido con su destinataria, sino que años después, viví una experiencia tan similar que bien podría haberme escrito estas líneas a mi misma.

"Desde este rincón apartado, cerrado pero abierto al mundo aunque suene paradójico, quiero dedicarte unas líneas donde tú seas protagonista.
Después de tanto tiempo en la sombra, con tu almohada como única compañía en las noches vacías, quiero que hoy vuelvas a brillar, quiero que toda esa luz que quizás un día las circunstancias apagó, vuelva a ser un resplandor que ilumine todo lo que te rodea. Yo sé, sin apenas conocerte, que en tu interior hay mucha luz, mucha vida.
Una vida en la que has construido grandes cosas, y una vida en la que también se han desmoronado algunos sueños e ilusiones. Edificaste un futuro, construiste un hogar y de repente un día, tu obra se desmoronó sin previo aviso. Esa persona que se había convertido en una prolongación de ti misma, que un día te juró amor eterno, en la que habías depositado tu confianza, tomó un rumbo diferente y decidió caminar por separado.
Allí te quedaste tú, en un hogar roto, en un pozo sin salida, pero con la obra de arte más grande que puede hacer el ser humano, con tus dos razones para seguir adelante, con tus dos niñas. Ellas fueron, son y serán siempre, el motor de tu vivir, el motivo de levantarte cada mañana, de seguir luchando pese a todas las dificultades. Él se marchó después de  haber robado tu juventud, tu inocencia. Y digo robarte porque nunca valoró lo que tenía en casa. Fue un ingrato y en pago de tu amor, recibiste maltratos. Los físicos se curan, los psíquicos dejan secuelas, pero al final aunque queden cicatrices, pueden perderse bajo un buen maquillaje. Hablo de un maquillaje revolucionario, sin productos químicos ni dañinos. Un maquillaje que no se compra en tiendas de cosmética ni en farmacias y que, en cambio, que es difícil de adquirir a pesar de tenerlo a nuestro alcance y de ser gratuito.
El maquillaje del que te hablo es resistente a la polución del ambiente, a los golpes de la vida y las lágrimas de dolor. Bien aplicado puede durar para siempre porque va tatuado en el alma y si se va apagando, sólo necesitas darte algunos retoques y otra vez como nuevo.
Permíteme que te muestre la amplia gama de colores y tonalidades.
Verde como los árboles, como la hierba fresca.Verde es también la esperanza que siempre debe acompañarte. Te lo recomiendo porque es una base fundamental que sienta bien a todo tipo de piel y favorece los rasgos.
El azul como el cielo, como el mar, ese azul inmenso que nos muestra el horizonte hasta el infinito. Ese es el color para abrir la mente, para quitar las barreras y los obstáculos. Para viajar tan lejos como queramos, incluso sin tener un lugar de destino. Es tan inmenso que podemos llegar a cualquier punto, detenernos para mirar atrás  y comprobar cuánto hemos avanzado, cuánto camino hemos recorrido. Pero tan cuidado, porque este color no se puede retocar, lo andado quedó atrás y sólo es un color indicado para quienes quieren seguir avanzando, llegar más lejos.
¿Qué me dices del color rojo?. La sangre es roja, pero la pasión también lo es. Por eso es otro color recomendable, por que corre sangre por tus venas y bombea tu corazón...estás viva. Con sangre y dolor pariste a tus hijas, pero con pasión las engendraste. Así es la vida, una paradoja, lo malo puede llegar a ser tan bueno como queramos. Es cuestión de mirar en todas las direcciones, ya sabes "no hay mal que por bien no venga".
A veces lo vemos todo de color negro y aunque es un color lúgubre que se asocia a las cosas más negativas de la vida, al final de la oscuridad siempre brilla una pequeña luz. Tampoco debemos olvidar que la vida se puede apreciar de otra manera con los ojos cerrados porque se agudizan otros sentidos. No es  cierto aquello de que "ojos que no ven, corazón que no siente". La elegancia y la muerte se visten de negro, y muchos momentos bellos de la vida ocurren en la oscuridad.
Podría seguir enumerando colores y tonalidades, pero creo que no es necesario porque los irás descubriendo por ti misma, en el momento en que decidas despertar nuevamente a la vida.
¿Estás dispuesta a seguir siendo una consecuencia de tus circunstancias o prefieres romper las cadenas que te atan? ¿Quieres seguir lamentándote  por el pasado o prefieres asumir que la vida no es tan de color de rosa como pensabas de niña y darte una nueva oportunidad?
Nadie dijo que fuera fácil, ni que las cosas son siempre como queremos que sean, pero cada día es una nueva oportunidad para empezar. No intentes buscar la felicidad si no estás preparada para encontrarla en tu corazón, que es donde comienza la verdadera búsqueda. Mira a tu alrededor, respira hondo, relájate unos minutos y piensa únicamente en ti. En las cosas que la vida te ha regalado y considera la posibilidad de que quizás lo que te ha arrebatado, no valía la pena.
¿Estas dispuesta a seguir llenando tu vida de años o como mujer inteligente que eres, prefieres llevar tus años de vida?
Tú eliges en cada momento lo que quieres, lo que deseas. No puedes culpar a nadie de tu dicha o de tu desdicha. En cualquier caso, puedes dar las gracias a quien te ayuda a ser un poco más feliz, y en cierta manera, también a quien te ha dañado, porque los golpes nos hacen más fuertes y nos enseñan a superar los obstáculos.
Comienza por pintar tu alma y seguramente, cada elemento que forma parte de tu existencia, adquiera una tonalidad más brillante. Seguramente toda esa luz que hoy es tenue y apenas visible, ilumine lo que te rodea en el momento que decidas cerrar las puertas del pasado y abrir ventanas hacia el futuro. Ventanas hacia la libertad.

Pd. Con todo mi cariño deseo que sigas soñando, pero que cuando decidas hacer realidad tus sueños, estés bien despierta.

Un beso de colores.



1 comentario:

  1. Tú eres el motor de tu vida. Maquilla ese motor con todas esas tonalidades que tienes y camina hacia adelante manteniendo tu propio rumbo. Un besote!!

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tu huella