domingo, 11 de febrero de 2018

Silencio

De los aproximadamente 100.000 términos que conforman nuestro lenguaje, no pronunció ninguno. Ni una sola palabra. Silencio rotundo hasta la extenuación.
Nosotros que siempre supimos comunicarnos, expresar los sentimientos, decir lo que pensábamos, brindar por nuestros sueños...
De repente me fui perdiendo en su silencio, en las huellas de sus pasos, en la lejanía de su cuerpo.
Intenté encontrar algún rastro de sus besos en mi piel.
Busqué aquella mirada que dejó de ser cómplice y pasó a ser complicada.

Y con su silencio, supe que no habría más promesas, ni momentos que inventar.
Que su cuerpo no volvería a ser mío porque su corazón estaba muy lejos.
Aquel maldito día se esfumó detrás de la puerta sin decir adios.
Se apagó el eco de su risa y mis pupilas verdes se ahogaron de dolor.
Sin ninguna explicación, su voz se hizo silencio.
Se marchó, sin pena ni gloria. Sin dramas, sin argumentos.
Al otro lado de la puerta...yo. Sola, dolorida, rota.
Supe que aquello era el final. El final para un nuevo comienzo.