domingo, 7 de agosto de 2011

Domingo...

Recojo hacia un lado la cortina y abro de par en par la ventana de la terraza.
Quiero sentir el aire fresco en la piel y que la luz se cuele por todos los rincones de su casa, donde disfruto de mis deseadas vacaciones.
Veo el mar al fondo, tan cerca, que tengo la sensación de que si estirara un poco más los brazos, podría llegar a tocarlo.
Hoy está más azul que nunca, en completa calma. Ni siquiera una ligera brisa desordena mi cabello. Paz absoluta, para empezar el domingo.
Mientras observo su cuerpo semi desnudo, completamente dormido en el sofá, me preparo un capuchino.
Hoy me apetece desayunar con su imagen frente a mi, y entre sorbo y sorbo, memorizar las líneas que dan forma a su bronceado cuerpo.
Pienso en todo y en nada mientras le miro.
Le quiero...
Estoy feliz...Sí, me siento feliz por dentro.

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