Regresamos a lo cotidiano, a la rutina, con la resaca emocional que dejan las fiestas. Los estragos físicos por los excesos gastronómicos y una lista de propósitos por cumplir en este recién estrenado 2011.
Pertenezco a ese grupo de personas que preferiría pasar por alto la Navidad, supongo que porque llevo mucho tiempo sin sentir esa magia especial de la que muchos hablan.
Reconozco que hubo una época de mi vida en la que esperaba con ganas el mes de diciembre, pero no recuerdo unas fiestas navideñas en las que todo fuera "paz, armonía y felicidad". Siempre hubo algo que estropeó esos encuentros familiares, y con el devenir del tiempo, la cosa lejos de mejorar, ha llegado al punto de que por primera vez, ni siquiera ha habido encuentro familiar alrededor de la mesa.
Reconozco que hubo una época de mi vida en la que esperaba con ganas el mes de diciembre, pero no recuerdo unas fiestas navideñas en las que todo fuera "paz, armonía y felicidad". Siempre hubo algo que estropeó esos encuentros familiares, y con el devenir del tiempo, la cosa lejos de mejorar, ha llegado al punto de que por primera vez, ni siquiera ha habido encuentro familiar alrededor de la mesa.
En Navidad tiendo a sentirme más desdichada, más pequeña, más vacía y me convierto en un ser que envidia las muestras de cariño y la unidad familiar de quienes pueden presumir de ella. Así que en lugar de recuperar la ilusión, termino perdiendo hasta la Fe, porque lo que mejora por un lado, empeora por el otro...y vuelta a lo mismo.
Con estos antecedentes, es normal que hoy me sienta más relajada.
Es como si por fin hoy, pudiera continuar con mi vida sin la tristeza de sentir que falta tanta gente, aunque estén a la vuelta de la esquina, porque no es lo mismo extrañar a quien se fue, que extrañar a quien está.
Hoy ya no tengo que fingir que todo va bien.
Hoy suelto la rabia de no poder llenar los vacíos ni de callar los silencios y continuo con mi vida como si todo fuera normal.
Es como si por fin hoy, pudiera continuar con mi vida sin la tristeza de sentir que falta tanta gente, aunque estén a la vuelta de la esquina, porque no es lo mismo extrañar a quien se fue, que extrañar a quien está.
Hoy ya no tengo que fingir que todo va bien.
Hoy suelto la rabia de no poder llenar los vacíos ni de callar los silencios y continuo con mi vida como si todo fuera normal.
Dolor más que rabia desprenden tus palabras y me entristece leerlas. Todo pasa, lo malo también, aunque mientras sucede parece que el mundo se ha detenido.
ResponderEliminarSiempre lo mejor, también para estos días finalmente normales.
Cierto es que es mucho más duro extrañar a quien está.
ResponderEliminarPero sabes? volverás a sentir la magia de estas Fiestas, como volverás a sufrir la tristeza de estos días, empiezo a creer que es ley de vida.
Un besazo enorme Magdalena, y te deseo un año estupendo!
Vaya, se te lee triste... en todo caso, las fechas malas ya han pasado y espero que tus ánimos sean mejores ahora que los días empiezan a ser más largos y las navidades quedan casi lejos.
ResponderEliminarUn beso y espero que tengas un año genial!
Volver a la "normalidad" también es necesario.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Ufffffffffff
ResponderEliminarUn abrazo,y gracias
Gracias chicas por estar ahí...la verdad es que ando un pelín "embajonada", pero seguro que en nada, vuelvo a estar por aquí dando guerra.jajaja.
ResponderEliminarUn beso
Podía haber escrito yo este post, pero lo has hecho tú. Me sintonizo completamente con tus palabras.
ResponderEliminarUn saludo desde las islas Canarias Magdalena, volveré...