El lunes terminó mi compromiso contractual con la empresa (una Administración Pública) en la que llevaba trabajando dos años y medio. Más sencillo aún, este martes me convertí en una desempleada más de este país, en el que las cifras del paro crecen por minutos, en el que en los últimos tiempos la crisis económica que el Sr. ZP se empeñaba en enmarscarar como "recesión económica" para evitar pronunciar la palabra prohibida; "crisis", hace mella en infinidad de familias. Pasar a engrosar la lista del paro, no está mal para empezar la semana, eh!.
En mi caso concreto, todo apunta a que será un parón laboral breve, si se puede considerar que dos o tres meses es poco tiempo. Supongo que para las personas que llevan mucho tiempo sin encontrar trabajo, es más bien poco, máxime si durante ese período al menos puedes cobrar la prestación por desempleo, que afortunadamente me corresponde.
Lo cierto es que me siento muy extraña, porque esta situación es completamente nueva para mi. Después de más de una década trabajando sin descanso, me cuesta un poco acostarme pensando que no es necesario poner el despertador, que no tengo que hacer malabarismos para sacar tiempo de donde no lo hay y dedicarlo a hacer lo que me gusta o simplemente dedicármelo a mi. Me resulta complicado no ir a la oficina y sumergirme en una marea de expedientes, facturas, decretos, providencias, informes y miles de llamadas telefónicas con asuntos por resolver. Me resulta extraño no tener la cabeza llena de "cosas que se quedaron pendientes para mañana". No tener que preocuparme de qué ropa debo dejar preparada la noche anterior o qué comeré cuando llegue a casa, cansada de un duro día de trabajo.
Acabo de estrenar mi nuevo "estatus" y ya extraño a mis compañeros, el ajetreo diario, el subir y bajar escaleras, el tener que organizar los asuntos del día por orden de prioridad, los e-mails que van y vienen y hasta ponerme el "imaginario traje de mujer dura" para "resolver los obstáculos más complicados", nadando incluso en muchas ocasiones, "contra marea".
Eso sí, me he marchado con la gran satisfacción de haber dejado los deberes hechos, con la sensación de que dí todo lo que tenía que dar, de que en ningún momento me dormí en los laureles, de que correspondí con creces, a la confianza que un día algunas personas, depositaron en mi. No trato de echarme flores, pero sí de valorar todos mis esfuerzos, porque en el fondo, uno sabe y siente, cuándo lo ha hecho bien y cuándo lo podría haber hecho mejor, o haberse esforzado un poco más.
Recuerdo que cuando empecé allí, había miles de cosas que se me escapaban, que eran nuevas para mi, así que me pasaba muchas horas detrás del ordenador, tratando de recabar información y resolver todas las dudas que se me iban generando. Dedicaba tantas horas como fuera necesario e incluso me llevaba trabajo a casa. Y cada día, no sólo aprendía cosas nuevas, sino que mis obligaciones iban aumentando, porque nunca tuve miedo a enfrentarme a nada, si no sabía...buscaba la forma de hacerlo, mejor o peor, pero lo hacía. Mis progresos se hacían palpables no sólo en la cantidad de trabajo que iba cayendo en mis manos, sino también en las responsabilidades que iba adquiriendo. Aunque confieso que jugué con ventaja...me encantaba cada cosa que hacía, cada nueva cosa que aprendía, por lo que trataba de superarme cada día. Y aún hoy sigo diciendo que "me encanta lo que hago".
Supongo que la recompensa, no sólo fue la prolongación de mi contrato, sino el hecho de haber obtenido el reconcimiento por mi labor y las buenas expectativas de volver a la empresa en un par de meses. Por cuestiones adminsitrativas y burocráticas, así son las cosas. Quizás por eso mismo, esta sensación extraña que me acompaña ahora, está acompañada de cierta tranquilidad, y me planteo este parón laboral, como una período vacacional antes de volver a la "faena".
Dentro de lo malo, esto ha sucedido en un momento en el que emocionalmente estoy muy recuperada, en el que mi vida anda un poco más ordenada que hace un tiempo atrás, y en el que los rincones ya no son un refugio para esconderme del mundo y revolcarme en mi dolor. Ahora que he vuelto a ser yo, es un poco más fácil afrontar este pequeño "revés", que todo sea dicho de paso, no me ha pillado de nuevas. No ha sido ninguna puñalada por la espalda, ni ningún juego sucio por parte de "los de arriba". Las cosas empiezan y acaban. Y bastante suerte tengo, si las expectativas se cumplen y en un plazo aproximado de tres meses, vuelven a contar conmigo, tal y como me han asegurado.
Así que ahora trataré de no pensar demasiado en el tema y de disfrutar de mi tiempo libre, haciendo cosas que tenía olvidadas "por falta de tiempo", y otras nuevas que le den un poco de alegría a mi día a día.
En el fondo, si realmente es una cuestión tan temporal como me han dicho, trataré de planteármelo como unas vacaciones pagadas. Sin madrugones, sin preocupaciones, sin agobios, sin reloj, sin agenda...Dicho así, no suena tan mal, y supongo que será más llevadero. Trataré de introducir un poco de deporte en mi rutina cotidiana, que eso siempre levanta el ánimo y aporta mejorías físicas y psíquicas. Aprovecharé la cercanía del Atlántico para relajarme en la playa y tostarme al sol, e intentaré disfrutar de los encantos de esta isla picuda, tanto de día como de noche. También entra en mis planes, aprovechar cualquier oportunidad de formación que pueda surgir, porque de alguna manera, necesito tener alguna responsabilidad que me ponga las pilas.
Confieso que por muy bien que suene lo anterior, me aterra la idea de que esta situación se prolongue más de lo previsto, pero sé que no debo sumergirme en preocupaciones innecesarias antes de tiempo, así que prefiero pensar que después de 12 años, éstas serán unas gratificantes vacaciones que viviré tan intensamente como pueda porque terminarán antes de que pueda darme cuenta. Al menos, eso es lo que espero.
Así pues, desde mi nueva condición de "desempleada", tengo que añadir, que en estas "vacaciones", seguiré contando contigo porque seguro que serán más llevaderas si estos retales, de mi vida, continúan hilándose con los tuyos.
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