sábado, 23 de octubre de 2010

En el punto de partida (IV) FIN

El tiempo se detuvo, las manecillas del reloj se pararon, los días eran interminables, y el corazón latía muy despacio, como si se quisiera dejar morir. Había encontrado la respuesta, había ganado una guerra personal, pero sentía que había perdido una batalla emocional.
¡Cuánto habían cambiado las cosas en tan poco tiempo!...
Lo sentía tan lejos, tan distante y sobre todo, tan distinto. Sólo había una explicación, o al menos, a ella no se le ocurría nada que pudiera justificar aquel sentimiento. Se habían convertido en dos desconocidos, en dos corazones diferentes que tiempo atrás latían al mismo compás.
Y dolía...dolía mucho aquel sentir. Le extrañaba más de lo que pensó, más de lo que esperaba. Hubiera sido feliz con sólo sentir que a él le sucedía lo mismo.
Cuántos "te quiero" se habían quedado en el camino, cuantos abrazos que nunca se dieron, cuántos besos desvanecidos, cuántas sonrisas que nunca salieron, cuánto amor se había perdido...
Deseaba con todas sus fuerzas marcharse a algún lugar donde nada ni nadie pudiera hacerle pensar, no quería recordar momentos en los que fue feliz, sólo quería desconectar del mundo y perderse en el silencio.
Todo estaba dicho aún con la falta de palabras de los útlimos tiempos, todo estaba hecho aún sin hacer nada, y todo estaba decidido aunque quisiera creer que había que tomar decisiones...Aquel era el final de lo que un día, había sido un principio.
Era lo que tenía que suceder, porque lamentablmente las cosas adquieren mayor importancia cuando no se tienen, las cosas que más se valoran, son las que se pierden. No podía culparlo, ni hacerle ningún reproche. Había comprendido cuánto lo quería, pero ya era tarde...
Y entonces recordó aquella frase de Paul Charles Bourgen:-"en el amor todo ha terminado, cuando uno de los amantes piensa que sería posible una ruptura"-.
Quizás con el tiempo...
La vida está llena de oportunidades para recuperar las oportunidades perdidas.

5 comentarios:

  1. Magdalena, ha sido doloroso seguirte en este via crucis que tan bellamente has descrito, no por conocido ha sido menos emocionante.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Me quedo con tu última frase..."La vida está llena de oportunidades para recuperar las oportunidades perdidas"...porque la esperanza es lo último que se pierde....quizás sea una frase hecha, como ésta otra, ya vendrán tiempos mejores...pero a veces nos "agarramos" con uñas y dientes a la esperanza, porque los sentimientos están a flor de piel y queremos recuperar el amor perdido....tiempo al tiempo....aunque es triste el relato, porque habla de pérdidas y finales....está perfectamente bien relatado y me ha gustado como lo has ido llevando....besoooteees

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado esa frase que mencionas, y tu escrito por supuesto. Me doy cuenta de un error muy grande que cometí en el pasado, y es que yo tardé muchísimo (hablo de años) en dar un paso que debería haber tenido la valentía que dar mucho antes.
    Pero esta historia es diferente... ¿al final resulta que sí lo quería? Qué duro.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias a todas por haber seguido la historia. No todos los cuentos acaban con final feliz, pero quién ha dicho que es tarde para volver a empezar????
    Efectivamente Sonix, al final fue ella la que se dio cuenta de la oportunidad que estaba dejando escapar al lado de una gran persona, a la que ella misma alejó de su lado. En las relaciones, normalmente lo que recibimos de nuestra pareja, es precisamente lo que proyectamos en ella...
    Ahora Susana tiene otro punto de perspectiva, y créeme, va a luchar por recuperar la oportunidad perdida.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Magda cuantas verdades! muchas veces nos empeñamos en dar cientos de segundas oportunidades y sin querer ver que en realidad no hacia falta darlas, pues simplemente alargamos la agonia de algo que va muriendo entre nuestras manos y llega el punto que ya deja de latir y aun si seguimos empeñados en revivirlo pero no podremos.....

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tu huella