domingo, 24 de octubre de 2010

Aprender a volar...

Hoy me apetece rescatar otra historia de esas que invitan a pensar, a reflexionar...
Para quienes ya la conozcan, que les sirva de recordatorio, y para quienes la lean por primera vez, espero que les ayude a hacer realidad sus sueños.
Una historia sobre la importancia de confíar en nosotros mismos y en nuestras posibilidades de hacer todo aquello que nos propongamos. Porque "nada es imposible", sólo es cuestión de intentarlo.
Quizás no salga como esperamos, quizás resulte más difícil de lo que imaginamos, pero lo que no debemos hacer, es tirar la toalla sin antes haberlo intentado.
Hay que aprender a volar, (entiéndase por volar, el hecho de hacer lo que realmente queremos hacer), porque sólo nos daremos cuenta de que de verdad tenemos alas, cuando no nos quede más remedio que lanzarnos al vacío con el ánimo de sobrevivir en el intento.

Un beso para todos y todas, y Feliz Domingo.

"APRENDER A VOLAR".
El rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey, que uno de ellos estaba perfectamente educado, pero que al otro, no sabía lo que le sucedía, pues no se había movido de su rama desde su llegada a Palacio. Tanto era así que incluso había que llevarle el alimento a su rama.
El rey mandó a llamar a los curanderos y sanadores de la corte, pero nadie fue capaz de hacer volar al ave. Por la ventana de su habitación, el monarca podía comprobar cómo el ave no hacía ningún progreso y permanecía inmóvil en su rama.
Publicó entonces un edicto entre sus súbditos, y a la mañana siguiente con gran asombro vio al halcón volando por los jardines del palacio.

-"Traedme al autor de este milagro"-pidió el rey.
Enseguida le presentaron a un campesino.
-"¿Tú hiciste volar al halcón?"-preguntó el monarca.-"
¿Cómo lo has conseguido?"-"¿Eres mago, acaso?"-.
Entre feliz e intimidado el campesino sólo le respondió:-"No fue difícil Alteza, tan sólo le corté la rama"-. "El halcón entonces se dio cuenta de que tenía alas y echó a volar"-.

Moraleja:
¿Sabes que tienes alas? ¿Sabes que puedes volar?
¿A qué rama estás aferrado?
¿De qué no te puedes soltar?
¿Cuáles son las razones que te impiden levantar el vuelo?

Nadie vendrá a rescatarte, nadie cortará tu rama, sólo tú eres el mago.


5 comentarios:

  1. No sabes lo que me gustaría ser capaz de trasladar esta enseñanza. Un beso

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  2. Creo que en mi caso estoy agarrada a mis inseguridades, y no estaría mal por una vez ser capaz de aplicar estas enseñanzas que pueden ser tan útiles. Bonita historia. ;D

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  3. Nos falta a veces que alguien nos dé un buen empujón.

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  4. Muy bonita historia, pero no siempre es tan sencillo. A veces uno tiene plomo en las alas o se encuentra encadenado a la rama y mejor no cortarla aún.

    Besos!

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  5. ¡Hola Magdalena! no conocía la historia y es que a veces pensamos y pensamos y se nos oscurece la mente, me recordaste otro cuento en el que la carencia de malicia de un niño dice lo que los mayores no se atreven: ¡está desnudo!
    Tanta protección a veces es contraproducente. Con buena educación pero una opinión sincera es el mejor empujoncito que podemos dar desde este lado de la ventana.
    Un beso

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