miércoles, 23 de junio de 2010

Corazón hecho cenizas

Hoy mis retales celebran su primer aniversario.
Hace justamente un año, tal día como hoy, con la magia de la Noche de San Juan, nació este blog. Ya he contado en alguna ocasión, los motivos que me impulsaron a plasmar mi vida, mis experiencias y mis sentimientos, en forma de retales, así que no voy a volver a contar de nuevo los porqués de este blog.
Ni siquiera hoy tengo fuerzas para escribir, pero de alguna manera necesito descargar una mínima parte del dolor y la pena que llevo dentro. Hoy ha sido un día horrible en mi vida, porque he visto esfumarse el trabajo y el esfuerzo de dos personas muy importantes para mi. He visto cómo los sueños de toda una vida se pueden desvanecer como una estrella fugaz. He visto cómo el esfuerzo de muchos años de trabajo, se esfuma con la rapidez de un parpadeo. He visto cómo se destruyen todas las esperanzas de una persona, en cuestión de minutos.
Hoy escribo desde el dolor más absoluto, desde la pena más grande que he sentido en los últimos años de mi vida, porque he descubierto que me duele más el dolor de las personas que quiero, que el mío propio.
Y también escribo desde la rabia y la impotencia de sentir que "la mala suerte" se seba con las personas que me importan. Por sentir que "a perro flaco, todo son pulgas". Por sentir que a pocas personas les importa destrozar el futuro de alguien, con una sola firma. Por sentir que aún hay personas "todopoderosas" a las que los sueños de otros, les importan una mierda.
Hoy escribo con lágrimas en los ojos, preguntándome si realmente "lo hemos hecho tan mal para merecer esto", preguntándome cuánto tiempo más va a durar esta carrera de obstáculos, preguntándome si voy a poder soportar más magulladuras en mi cuerpo, más heridas en el corazón, más noches sin dormir, más de Todo y más de Nada.
Hoy juro por mi propia vida, que preferiría tener que soportar yo sola el dolor de los que quiero, si eso supusiera quitárselo a ellos. Hoy he dejado de creer en que, "quien la sigue la consigue", porque a veces lamentablemente nuestros sueños corren más que nosotros y en que la justicia es justa, porque quien hizo la ley hizo la trampa.
No quiero dejar de creer en Dios, porque necesito creer en "algo", pero sí que me pregunto...¿Dios existe por igual para todos los que creen en Él?. ¿O sólo es un Dios para unos pocos?
Hoy el fuego de las hogueras de San Juan arden para purificar espíritus, para quemar "el pasado", para limpiar el alma...y yo siento que me estoy quemando por dentro y que mi corazón hoy, se reduce a cenizas.

martes, 22 de junio de 2010

Y sucedió....el Reencuentro

(...) A veces sucede que los deseos se hacen realidad. Quizás no en el momento que más lo necesitamos, pero de repente un día, ocurre. Y en ese momento, se te pasan un montón de cosas por la cabeza. Si ha sido tal y como esperabas, si dijiste todo lo que se había quedado en el aire, si la situación fue tal y como la imaginaste tantas veces. Y si... Y si... Muchos puntos suspensivos en el aire.
Este fin de semana he vivido uno de los momentos que más había deseado en los últimos 5 años de mi vida. No puedo decir si fue exactamente como lo había imaginado, porque simplemente deseaba que sucediera, sin pararme a pensar en qué forma.
Guardaré para mi los detalles del momento en sí, pero me apetece dejar constancia y compartir con todos lo que me siguen, que aunque viví un momento duro y de mucha tensión, no hay dinero en el mundo, para pagar lo que sentí. Fueron horas en las que un montón de sentimientos se apoderaron de todo mi ser.
Alegría, tristeza, emoción contenida, rabia, dolor...pero sobre todos ellos una sensación inmensa de felicidad por la nueva oportunidad que se me estaba presentando y mucha tristeza, por no poder recuperar el tiempo perdido, por no haber formado parte de tantos momentos pasados, por saber que el tiempo no se puede rescatar.
Hablo de un reencuentro, de un bis a bis que, espero, deseo y sueño, sea el comienzo de una relación que daba por perdida, pero de la que jamás me he podido olvidar. Porque, por mucho que uno lo intente, por mucho que uno trate de aprender a vivir sin determinadas personas, es imposible renunciar y conformarse a vivir sin el cariño de alguien tan importante como un hermano.
Desde aquí, aunque sé que no me lee, Gracias por regalarme una alegría indescriptible. Le pido a Dios que tu sueño pueda seguir haciéndose realidad y que definitivamente lo consigas. Nada me haría más feliz.
Ahora sólo espero, que esa alegría se pueda multiplicar por dos, ese es mi sueño más inmediato, Poder reunirnos los tres y olvidarnos del pasado, de los momentos perdidos, de las cosas que quizás se podían haber hecho de otra manera, y centrar todas nuestras energías en los momentos que quedan por venir y que ojalá, compartamos juntos.
Como quizás sí que leas esto, quiero añadir que necesito con todas mis fuerzas, recuperarles a los dos. Te pido perdón si en algún momento te he hecho daño, te aseguro que jamás haría nada que te hiriera de forma consciente y premeditada, porque tú has sido mi salvavidas en los momentos en los que sentí que me llevaba la corriente. Y me cuesta horrores "acostumbrarme" a sentirte tan lejos aunque la distancia que nos separa sea de tan pocos kilómetros.
Espero que muy muy pronto, este sueño se haga realidad, porque estoy totalmente convencida de que nada ni nadie, puede sustituir la felicidad de sentirles cerca emocionalmente.
A los dos, desde aquí, (como la foto que ilustra este poste), les mando una burbuja repleta de todo el amor que les tengo.
 

miércoles, 16 de junio de 2010

Los problemas...

Hoy toca rescatar una vieja historia que viene muy bien para recordarnos no sólo que el tamaño de nuestros problemas depende de cada uno de nosotros, sino lo que es más importante, que muchas veces, somos quienes creamos los problemas o le damos demasiada importancia a "asuntos" que no deberían preocuparnos.
El caso, es que la mayoría de las veces en lugar de analizar las posibles soluciones a nuestros problemas, nos empecinamos en resaltar los inconvenientes, las dificultades. Hasta que un problema mayor, desvía nuestra atención de lo que hasta entonces era un gran problema, pasando éste último a convertirse en un pequeño problemilla, porque..."Si exagerásemos nuestras alegrías tanto como nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia"

El Viajero Sediento

Lentamente, el sol se había ido ocultando y la noche había caído por completo. Por la inmensa planicie de la India se deslizaba un tren como una descomunal serpiente quejumbrosa.
Varios hombres compartían un vagón y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y ponerse a dormir. El tren proseguía su marcha. Transcurrieron los minutos y los viajeros empezaron a conciliar el sueño. Llevaban ya un buen número de horas de viaje y estaban muy cansados. De repente, empezó a escucharse una voz que decía:
-¡Ay, qué sed tengo! ¡Ay, qué sed tengo!-
Así una y otra vez, insistente y monótonamente.
Era uno de los viajeros que no cesaba de quejarse de su sed, impidiendo dormir al resto de sus compañeros. Ya resultaba tan molesta y repetitiva su queja, que uno de los viajeros se levantó, salió del vagón, fue al lavabo y le trajo un vaso de agua.
El hombre sediento bebió con avidez el agua. Todos se echaron de nuevo. Otra vez se apagó la luz. Los viajeros, reconfortados, se dispusieron a dormir. Transcurrieron unos minutos. Y, de repente, la misma voz de antes comenzó a decir:
-¡Ay, qué sed tenía, pero qué sed tenía!- 

MORALEJA: La mente siempre tiene problemas. Cuando no tiene problemas reales, fabrica problemas imaginarios y ficticios, teniendo incluso que buscar soluciones imaginarias y ficticias.

El amor es una aventura

"El que no ama por miedo a sufrir, es como el que se suicida por miedo a la muerte"
(Autor: Lo desconozco)

Hoy simplemente quiero quedarme con esta frase, porque tratar de evitar cualquier tipo de sufrimiento, renunciando a un sentimiento tan grande e importante como EL AMOR, es completamente absurdo.
Si evitas amar para no sufrir, sufrirás por no haber amado. Por no haber cogido ese tren. Por haber dejado escapar esa oportunidad. Por haber perdido algunas piezas fundamentales de ese gran puzle que es tu vida.
Los sentimientos no se encuentran en ningún expositor en el que podemos elegir el que más nos apetece en ese momento, el sabor que más nos agrada, o la textura que mejor se adapta a nuestro paladar.
El amor es como una caja de sorpresas. Una pregunta sin responder. Un laberinto cuyo final desconocemos. Una tirada a los dados en la que puede salir cualquier número. Una partida de pócker sin saber qué cartas llevará el contrincante. Un viaje sin un destino concreto. Una aventura sin un final exacto y una apuesta en la que a veces se gana, y a veces se pierde.
El amor es un riesgo, pero la vida también lo es desde el momento en el que nacemos.


lunes, 14 de junio de 2010

Quiero creer que es posible...

Me gustaría creer que al final de este camino lleno de obstáculos, me encontraré contigo y todas mis penas se esfumarán con un soplo de brisa fresca. La misma brisa que llenará mis pulmones de energía renovada y me hará sentir que estoy un poco más viva que ayer.
Me gustaría pensar que cuando pase la tempestad, tú serás la calma que acaricie mis sentidos y que arribaré a un puerto donde el agua es más clara y transparente.
Necesito creer que la vida está llena de oportunidades nuevas y que de un momento a otro llegará la mía y estaré ahí con todos mis sentidos para atraparla.
Quiero apostar que este laberinto de emociones encontradas entre sí, es sólo un jeroglífico más en mi vida y, que tarde o temprano, encontraré la palabra exacta para cada definición, sin que sobren ni falten letras.
Voy a creer que se puede soñar tanto dormida como despierta, pero que lo verdaderamente importante es hacer los sueños realidad.
No quiero olvidar que es cierto que "hasta el peor día de tu vida sólo dura 24 horas", sólo hay que resistir un poco antes de que vuelva a amanecer.
No quiero perder la ilusión de que quizás "hoy puede ser el mejor día de mi vida", que sólo hay que salir fuera y vivir.
Quizás hoy encuentre tu mirada en la esquina por la que he pasado de largo tantas veces.
Quizás hoy reciba una noticia que cambie mi vida para siempre.
Quizás hoy haga la maleta para ir a ninguna parte, sin ningún por qué y encuentre el lugar que siempre he buscado y las respuestas que siempre esperé.
Quiero ilusionarme pensando que las ilusiones no se agotan, no se acaban mientras siga creyendo en ellas y que la esperanza no es sólo una palabra, sino un estado de ánimo que nos ayuda a ser más positivos en el día a día.
No quiero olvidarme de "ser yo" en todo momento, pero tampoco quiero olvidar que cada día puedo ser mejor persona y que lo mismo hay alguien a quien le puedo cambiar la vida con una simple palabra de ánimo, una sonrisa furtiva o una mirada sincera.
Quiero confirmar cada día que "lo mejor está por venir", sin que ello implique dejar de disfrutar del momento actual, porque como bien dijo alguien "el presente es un regalo", y como cualquir regalo, lo que importa no es el envoltorio, sino lo que hay dentro. Así pues, da igual si las circunstancias no son las mejores, lo que cuenta es la esencia de cada uno.
Quiero afirmar sin miedo a equivocarme, que no hay un día en el que no valga la pena levantarse, porque cada día puede ser una sorpresa inolvidable.
Necesito seguir creyendo que aunque no gane algunas carreras, siempre quedarán nuevos proyectos y que algún día subiré al podio y gritaré: "lo he conseguido".
Quiero seguir apostando por mi misma, aunque muchas veces pierda la confianza, porque hay cosas que sólo dependen de mi aunque sea más fácil dejarlas en manos ajenas o, sencillamente, encomendárselas al destino.
Quiero, necesito, deseeo creer, que nunca está todo perdido y que en la oscuridad también se puede llegar a ver, sólo es cuestión de acostumbrar la vista a vislumbrar sombras, hasta que vuelva la luz.
Me prohibo pensar que pudo ser mejor, que debí tomar otra decisión o que me equivoqué de camino, y convencerme de que fue como tuvo que ser, que sólo he hecho lo que debía, lo que creía y lo que sentía que debía hacer, en cada uno de esos momentos.
Quiero aprender de mis errores pero no quiero dejar de equivocarme, porque eso significará que sigo estando viva.
No quiero desfallecer sin haberlo intentado, no quiero que el desánimo se instale en mi vida.
No quiero abrirle la puerta al pasado, no quiero convivir con la tristeza, no quiero hacerme amiga de la melancolía.
Quiero creer que todo es posible y que siempre puedo volver a intentarlo.

domingo, 13 de junio de 2010

Hoy es domingo...

Ha sido un domingo gris, fuera y dentro de casa. Uno de esos domingos apagados en los que sientes que a tu vida le falta algo más de emoción, de chispa, de sensaciones nuevas.
Sé que la tonalidad del día, depende mucho de la tonalidad interior de la persona, y probablemente soy yo la que ve las cosas más oscuras de lo que realmente son.
Lo mismo, tantas horas de descanso y relax, me están estresando, aunque parezca contradictorio. Ya no deseo con ansías que llegue el fin de semana, ahora, todos los días parecen iguales.
La mayoría de la gente se queja de no disponer del suficiente tiempo libre para sencillamente "no hacer nada", yo misma lo he deseado en más de una ocasión. No sé si porque es domingo, y los domingos no son mi mejor día de la semana, pero hoy me siento una extraña en mi propia vida. El silencio de la casa, sólo se interrumpe con algún que otro ladrido de Maggie, deseosa de que le diga "vamos de paseo".
No sé si echo de menos algo, pero sí siento que algo me falta.
Hoy me encuentro un poco más vacía que de costumbre, es como si el mundo se hubiera olvidado de que existo, o quizás soy yo la que me he olvidado del mundo.
He repasado la lista de blogs que sigo a diario, pocas cosas nuevas se han publicado hoy, y me digo que seguramente sus autores, tengan cosas mejores que hacer un domingo.
En mi messenger apenas hay dos figuritas en color verde, el resto no está conectado o permanene ausente, no en vano, seguramente mis contactos tengan mejores cosas que hacer un domingo.
Pero yo estoy en casa, escuchando el silencio, divagando entre recuerdos...
Un barra de incienso se va quemando sobre la mesa, impregnando el aire de olor a pino y a madera y me digo que "sólo es un día más", pero no puedo evitar pensar que también es "un día menos"...¿Para qué? No lo sé.
Hoy es domingo, y mientras las parejas pasean por el parque cogidas de la mano, las familias se reúnen, los cines se llenan de gente, unos van y otros vienen...yo me siento olvidada en un rincón, como ese libro que nunca terminamos de leer, como esa película que siempre quisiemos ver, como esa canción que hace tanto tiempo que no escuchamos.
Hoy es domingo y...te echo de menos, aunque estés tan cerca.

sábado, 12 de junio de 2010

La reina de tu cama

Ámame en silencio...ámame bajito
Que se escapen todas las penas, en forma de suspiros.
Quiéreme sin prisa...quiéreme sin pausa
Desnúdame despacio, que quiero limpiar el alma.
Bésame con furia...bésame con ganas
Hazme sentir que esta noche, soy la reina de tu cama.
Dibuja mil corazones...píntalos en mi espalda
Imagina que somos náufragos, en una isla paradisíaca.
Dame agua de tu boca...caliéntame con tus manos
Que empieza a hacer frío y necesito resguardo.
Abrázame con pasión y quiéreme con locura
Que esta noche mi amor, se termine mi amargura.
Enrédate por mi cuerpo...sumérgete por mi piel
Bucea entre mis silencios, hazme sentirme mujer.
Que suene nuestra canción, hecha con los suspiros
Y que la luna nos mire, aunque el cielo esté sombrío.
Quiero que nos envidien, hasta las olas del mar
Porque esta noche mi vida...volveremos a naufragar.
Entre silencios y besos, caricias y mucha pasión
que las olas se lleven lejos...cualquier preocupación.
Tápame con tu cuerpo, que no quiero tener frío
Arrópame entre tus brazos, que son mi mejor cobijo.
Hazme perder el control, sobre mi propio deseo
Llévame al infinito, entre caricias y besos.
Ssshhhhhhhh...calla, no digas nada
Hazme sentir que esta noche...soy la reina de tu cama.

jueves, 10 de junio de 2010

Bandera Blanca

Hoy vengo en son de paz, para pedirte guerra
Vengo dispuesta a rendirme a tus pies.
Despeja todas las incógnitas que dan forma a mi cuerpo.
Atácame sin piedad con palabras de amor.
Quiero perder las fuerzas y que me sostengan tus brazos.
Usemos como trinchera esta habitación.
Que las sábanas sean la bandera blanca.
Para poner fin a esta "sin razón".
Hoy no habrá más contrincante que el deseo de amarnos.
Hoy seremos ganadores los dos.
Dame una tregua de caricias y besos.
Piérdete en mis formas de mujer.
Que hoy las heridas sólo las produzca el deseo.
Y que una suave caricia, calme cualquier dolor.
Mátame de placer y sedúceme con tu cuerpo.
En esta batalla furtiva de AMOR.
Mañana fingiremos que nada ha pasado.
Que esta cama nunca existió.
Y cada uno volverá a su batalla.
Tratando de ser el único ganador.
Vamos a jugar a la guerra, mientras hacemos el amor.


Una montaña o...¿un grano de arena?

Ayer fue un día de esos en los que estuve enfadada con "mi mundo", con "mis circunstancias" y sobre todo, "conmigo misma".
Me visitó el desánimo y la decepción, después de tomar un café con mi, a ratos amiga, y a ratos enemiga, "realidad". Le apetecía venir a verme para charlar y recordarme que está muy bien tener proyectos y propósitos, pero que no debo hacerme tantas ilusiones, cuando estos no dependen exclusivamente de mi buena voluntad.
No es que me sucediera nada drástico, y afortunadamente, tampoco tenía nada que ver con el trabajo (mantengo la ilusión y la esperanza de recuperar mi puesto), pero sí con haber planificado una vida en base a dos personas, y de repente, que la otra mitad desaparezca, dejándote a ti sola con todas las responsabilidades y compromisos adquiridos anteriormente.
Y lo que más me fastidia de todo, es que la otra parte se haya librado de todo tipo de problemas y que además, se haya llenado los bolsillos, llevándose consigo no sólo muchos sueños y expectativas, sino también lo poco o mucho que pudimos atesorar a base de tanto esfuerzo, pensando en "el día de mañana".
Ahora, lo que más me jode es pensar que podía haber luchado más por conseguir un acuerdo más justo y beneficioso para mi, en lugar de tratar de acabar con todo cuanto antes, rindiéndome a sus exigencias y caprichos.
No debí dejarme intimidar por su acoso y derribo hacia mi persona, sino haber mantenido la cabeza fría. Debí ser tan fría y calcularadora con él. Nunca tuve que dejarme intimidar por sus amenazas y sus discursos cargados de palabras hirientes y mal sonantes.
Debí aguantar con la misma fuerza y coraje con los que tomé la decisión de seguir mi vida sin él, y esperar que fuera él quien agotara su paciencia, manteniéndome impasible a su verborrea y a sus intentos de hacerme flaquear. Hasta que al final me rendí por la imperiosa necesidad de cerrar capítulo y conservar mi salud física y mental. Pero debí ser más fuerte.
Si pudiera volver atrás, no sería tan estúpida de ceder a sus chantajes emocionales, y creer cada una de sus mentiras.
Y todavía tiene la osadía de pretender hacerme creer que él fue el gran perdedor en todo este asunto. Y sí, claro que perdió, perdió lo más importante y valioso de esta historia, perdió mi amor. Me perdió a mi.
Desde luego yo gané más de lo que esperaba. Recuperé las riendas de mi vida y gané tranquilidad emocional. Pero en el plano material y económico, reconozco que supo jugar sus cartas mejor que yo, dejándome a mi inmersa en un oceáno de preocupaciones.
Sé que muchos pensarán que la felicidad no se puede comprar con dinero y que lo que importa es que ahora yo esté bien. Estoy COMPLETAMENTE DE ACUERDO, pero eso no implica que no me fastidie haber sido tan tonta de asumir sola todo aquello que en su día, era una responsabilidad de los dos, e incluso, responsabilidades que él había adquirido mucho antes de conocerme. Y que encima, se atreva a seguir presionándome, cuando jamás ha tenido la mínima consideración hacia mi.
Ahora me pregunto...¿realmente una persona que ha querido tanto a otra es capaz de hacer cosas tan horribles?...¿o es que acaso nunca me quiso?.
No logro entender, cómo es posible que muchas veces mi pena hacia él, o quizás mi pena por todo lo que se destruía, haya sido más fuerte que mi rabia y mi dolor por todo lo que me hizo y que incluso, haya sido tan ingenia de creer que estaba arrepentido, y aguantar una zancadilla tras otra.
¿Es posible que su conciencia lo deje vivir tranquilo?
Sé que no vale la pena remover cenizas, desvestir el pasado, pero es que ese pasado no hace más que dificultarme el presente, regresando una y otra vez en forma de fantasmas, problemas, complicaciones y sueños inconclusos.

Hoy trataré de quedarme con unas frases que ayer me regaló un buen amigo, quien sin saber mi estado de ánimo, me tiró un cable en forma de palabras que me hicieron reflexionar un poco, y tratar de convencerme que mis problemas, son del tamaño que yo quiero que sean.

"No dejes que el pasado te diga quién eres, sólo deja que te diga, quién serás" (Juan Ignacio)
No quiero que el pasado me siga pisando los talones, quiero coger carrerilla y ganar distancia, pero mis piernas no son tan rápidas como me gustaría.

"A veces esa montaña que has estado escalando, es tan solo un grano de arena" (José Ignacio).
Y quizás ese mar en el que a veces siento que me ahogo, sea sólo un vaso de agua.

"Qué sentido tiene correr, cuando estamos en la carrera equivocada" (Proverbio alemán)
Lamentablemente a veces tardamos demasiado tiempo en darnos cuenta de que la meta que perseguimos, realmente no es la que buscábamos, pero también es cierto, que "nunca es tarde, si la dicha es buena"



Por cierto, quiero agradecer públicamente a Canoso, cuyo blog sigo habitualmente porque siempre descubro cosas nuevas, por su generosidad para con "mis retales", por haberme otorgado un nuevo premio. Se trata del premio "Idea fugitiva", que ya he colocado orgullosa en mi vitrina imaginaria.
Me haría feliz, compartir este regalo con cualquier persona que siga habitualmente este rincón, y que le apetezca recibir este pequeño mimo.

lunes, 7 de junio de 2010

Amor de dos...dividido en tres

Hoy por fin lo supe. Se acabaron las sospechas. No ha sido ninguna novedad, aunque hubiera preferido seguir ignorando una realidad que desde hace semanas me asfixia.
Tu regreso a casa cada día se hacía esperar un poco más. El aroma de tu piel, como recién salido de la ducha tras una dura jornada laboral, era un tanto sospechoso. Yo quería pensar que quizás habías pasado por el gimnasio y te habías refrescado para mi.
Ni siquiera quise percatarme de que tus besos no encerraban la pasión de antaño, que tus caricias cada vez eran más esquivas, y que ni siquiera me mirabas a los ojos, cuando te decía lo mucho que te había extrañado durante el día.
Quería pensar que de un momento a otro volverías a ser el mismo, en cuanto todas las preocupaciones del trabajo desaparecieran. Ésas que yo pensaba eran la causa de tu ausencia, aún cuando físicamente estabas a mi lado.
Traté de cuidarme un poco más, de ponerme guapa para ti, de proponerte cosas nuevas, de romper la rutina de los últimos meses, de hacerte recordar que seguía siendo aquella mujer con la que habías planeado formar una familia y envejecer.
¡Teníamos tantos planes de futuro!. Una casa más grande con dos niños correteando por los pasillos, viajes a lugares de ensueño, y quizás, con un poco de suerte, hasta nuestro propio negocio.
No atravesábamos nuestro mejor momento de pareja, pero confíaba en que las cosas mejorarían. Se supone que el amor todo lo puede, y me podrían faltar muchas cosas, pero desde luego mi amor seguía vivo, a pesar de las lágrimas que por ti o a causa de ti, había derramado.
Tu mundo cada vez era más grande y el mío se iba haciendo pequeño. Mientras tú estabas fuera, yo planeaba mil y una fórmulas de hacerte sentir bien, cuando cruzaras la puerta. Pensaba que si conseguía que olvidaras tus preocupaciones, te sentirías mejor, y las cosas volverían a ser como antes, cuando bastaba una mirada para decirnos "te quiero".
No quería pensar que tus silencios eran por no tener nada que decir, o incluso por tener algo que callar, sino que más bien se debían al agotamiento.
Traté de no quejarme demasiado de mis cosas, para no agobiarte con mis propios problemas, creyendo que los tuyos siempre eran mayores que los míos.
Las conversaciones eran cada vez más cortas, tus ausencias más largas, tus besos más fríos y tus manos, no buscaban mi cuerpo como antes.
Seguí creyendo que un buen día todo cambiaría y volverías a ser el mismo, que volveríamos a ser los mismos.
Sólo necesitaba tener un poco de paciencia y brindarte todo mi amor, para que supieras que cuando dije "en lo bueno y en lo malo", lo dije con el corazón.
Ahora echo la vista atrás, y comprendo todas las señales. Los indicios que en aquel momento sólo eran fantasmas que me acosaban y contra quienes luché cada día para mantenerlos alejados de mi cabeza.
Pero hoy las evidencias me impiden seguir negando una realidad ingrata, que no va a desaparecer por más que mire a otro lado o trate de fingir que sólo son cosas mías.
Hoy recordé aquella llamada con número desconocido, en la que una voz de mujer trataba de ponerme en alerta sobre la situación, y que yo quise olvidar tan pronto colgé el teléfono. Me repetí muchas veces que hay gente que disfruta haciendo daño de forma gratuita, hasta convencerme de ello.
Hoy me di cuenta de que aquel olor a limpio en tu ropa y tu piel, nada tenía que ver con el perfume que con tanto cariño te regalé por tu cumpleaños.
Hoy comprendí el significado de tus silencios y tus miradas esquivas.
Hoy supe que la ausencia de besos y la falta de caricias, nada tenían que ver el cansancio, ni con preocupaciones fingidas.
Hoy descubrí un secreto a voces que yo no quise escuchar, porque era más fácil pensar que todo cambiaría, que todo volvería a ser como antes.
Hoy me lo has negado todo, pero tus ojos no han podido mentir. Conozco muy bien esa mirada.
Hoy sé que no había otra...hoy sé que simplemente, yo era la otra.

Sólo me queda decirte que:
"Ya no tienes que fingir, ni conmigo ni con ella,
ni inventarte mil excusas cuando entras por la puerta.
Ya puedes sentirte libre, de mis brazos de mi cuerpo,
no te haré más preguntas porque ya tengo la respuesta.
Espero que amar a ratos, te haya valido la pena,
Hoy soy yo la que gana, tras una batalla sin tregua".

Y aunque hoy me cueste aceptarlo, y aunque el dolor sea infinito, seguro que Charles Chaplin tenía razón cuando dijo que: "El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto".

Para todas las "Susis"

Como cada día al caer la tarde, Susana abre un pequeño armario situado en la esquina de su habitación, donde guarda todo lo que necesita para dejar de ser ella, y convertirse en "la otra".
En esa que cada noche espera a su presa, utilizando su cuerpo para seducir. En esa que despierta todas las miradas masculinas y hace que se escape algún suspiro de deseo, convertido en un piropo de carretera.
Minifalda de vértigo que deja al descubierto sus largas piernas, curtidas por muchas horas de gimnasio, donde pasa gran parte de su tiempo libre. Sabe que son su arma de seducción más potente, por lo que trata de cuidarlas tanto como puede. Un escote que le llega casi hasta el ombligo, trata de resaltar sus pechos, que aunque no son tan voluminosos como le gustaría, están muy bien formados, sin que la fuerza de la gravedad haya hecho aún mella en ellos.
La competencia en su ámbito laboral es cada vez más grande y desleal, y la edad no perdona. Así que a sus casi 35 años, aunque no los aparente, no puede bajar la guardia, en una profesión donde ellos, las prefieren cada vez más jóvenes.
En su mundo nocturno, el peligro acecha en cada esquina, y Susana no termina de acostumbrarse al olor y a los gustos íntimos de ciertos clientes, pero se consuela pensando que ya queda menos para dejar esta profesión, en la que ha vivido todo tipo de sin sabores, pero que le ha reportado no sólo su sustento diario, sino también el dinero suficiente para poder costearse sus estudios universitarios y su tesis doctoral, sin necesidad de depender de su familia, quienes piensan que trabaja de camarera a tiempo parcial en una cafetería.
Durante todo este tiempo, Susana ha conocido historias de todo tipo, no sólo entre la gran variedad de "amantes" que han explorado su cuerpo, sino entre algunas de las "compañeras "con las que ha compartido largas horas de espera en alguna callejuela mal iluminada y algún que otro café de madrugada.
La mayoría de ellas, extranjeras, chicas sin estudios, adictas a cualquier sustancia que les permita evadirse de su cruda realidad. Otras simplemente, mujeres castigadas duramente por la vida, que no han encontrado mejor salida para pagar el alquiler y alimentar a unos hijos "huérfanos de padre", que buscarse la vida en las calles frías y oscuras de la ciudad, mal vendiendo su cuerpo al primer transeúnte con ganas de "sentirse querido".
Susana, a pesar de todo, se siente afortunada, porque la noche no ha podido arrebatarle sus sueños e ilusiones de ser alguien en la vida. Tiene la suerte de no haber caído en las garras de ningún mal nacido, y además, su único vicio, es algún que otro cigarrillo para calmar la fatiga cuando su estómago le recuerda que lleva horas sin comer.
No se siente orgullosa de los años que ha invertido convirtiéndose en "La Susi", pero quiere pensar que el fin justifica los medios, y que algún día, cuando sea una profesional de prestigio, podrá decir que cualquier esfuerzo mereció la pena.
Esta noche, está dispuesta a trabajar más horas de las acostumbradas, para tratar de conseguir en una sola jornada, el dinero que le reportarían varias noches en la calle. Su examen final está demasiado cerca y necesita unos días de descanso, para centrar toda su atención en la materia, y poder culminar con éxito todos los esfuerzos realizados en los últimos años de su vida, para alcanzar ese sueño a nivel profesional.
Esta noche no se permitirá el lujo de elegir a sus amantes, aunque mantener ese lujo cada vez resulta más complicado. La crisis también afecta a su sector, aunque la mayoría siga sin privarse de algunos tipos de placeres.
Esta noche simplemente, será ella la elegida. Así que subida en unos tacones de vértigo, y un maquillaje perfecto, sin ser excesivamente llamativo, se dispone a salir a la calle convertida en "La Susi", para dejarse encontrar por todo aquel que quiera sentirse el hombre más importante del mundo, durante un revolcón improvisado, en cualquier rincón lo suficientemente discreto como para culminar con éxito el "trabajo" de quererse.
Ensaya frente al espejo que hay justo al lado de la puerta de su apartamento, la mejor de sus sonrisas y su mirada más sensual. Hoy será la reina de la noche, y de nuevo, hará que cada uno de sus amantes la desee ávido de placer, tratando de que cada revolcón llegue a su final lo antes posible. Así ganará tiempo entre cliente y cliente, lo que le reportará mayores beneficios. económicos.
Les hará creer que son unos amantes perfectos, y ganarán seguridad en sí mismos, sintiéndose orgullosos de hacer "disfrutar" a una mujer como ella.
¡Ignorantes y presumidos!. Se creerán "más machos" que de costumbre y con una sonrisa entre los labios se irán a casa, donde quizás, una fiel esposa esté esperando ansiosa su regreso.
Ella continuará su ronda nocturna, esperando al próximo hombre que desee robarle unas caricias a su cuerpo. Fingirá sensaciones inexistentes, que llenarán un poco más su cartera y vaciarán un poco más su alma. Pero ya está acostumbrada, se sabe de memoria el guión.
En eso consiste el juego. Ellos se sentirán más hombres aunque tengan que pagar por ello, y ella, simplemente engrosará su cuenta corriente para costearse el comienzo de su final como "La Susi", para llegar a ser Dª Susana. Una mujer envidiada y respetada, quizás por los mismos que esta noche se sentirán superiores encima de su cuerpo.
Cuando llegue ese momento, brindará por todos aquellos que se creyeron importantes en sus brazos, sin pensar ni un sólo instante, que sólo fueron uno más, en su larga lista de "indeseables", que acudían a su encuentro para robar un abrazo, un aliento...
Todos aquellos que vaciaron un pedazo de su alma, pero que nunca llenaron ni un milímetro de su corazón.
¡Empieza el juego!

sábado, 5 de junio de 2010

¿Quién es el tonto?

Llevo varios días sin escribir nada nuevo, y se me hace muy cuesta arriba no actualizar "mis retales", pero últimamente estoy parca en palabras y escasa de inspiración. También es cierto que Picasso dijo que "la inspiración existe, pero tiene que pillarte trabajando", y a veces, enfrentarme a un documento en blanco sin tener ni puñetera idea de lo que quiero plasmar en él, me supone un esfuerzo añadido.
Así que hoy, para no estrujarme demasiado el cerebro, (que ando inmersa en varios temas personales que acaparan toda mi atención), rescato una historia de esas que circulan por la red, que quiero compartir con todos ustedes.

Muchas veces sucede, que consciente o inconscientemente, presumimos de ser más inteligentes que los demás, de tener más conocimientos y por ende, mejores ideas. Nos creernos o sentimos superiores, quizás sólo porque la vida nos ha puesto menos trabas para curtirnos y formarnos, que a esos a los que consideramos "tontos".

Esta historia sólo es una pequeña muestra, de que quizás nosotros somos más tontos que la persona más tonta, según nuestro criterio.

¿Quién es el Tonto?

Se cuenta que en una pequeña aldea cualquiera, un grupo de personas se divertía con el que habían bautizado “el tonto del pueblo”. Un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de hacer pequeños recados y limosnas.

Cada día llamaban al "tonto del pueblo" al bar donde se reunían, para divertirse a su costa, con un juego que consistía en ofrecerle la opción de escoger entre dos monedas: Una de ellas era una moneda de dos euros y la otra, una moneda de cincuenta céntimos.

Él tonto siempre escogía la de cincuenta céntimos, lo que era motivo de risas y burlas para todos los congregados en el bar.

Cierto día, uno de los miembros del grupo, lo llamó personalmente para preguntarle si todavía no se había dado cuenta de que la moneda que elegía siempre, era la de menor valor.

-“Lo sé”- respondió. -“No soy tan tonto como pensáis. Sé que vale menos de la mitad, pero el día que escoja la otra moneda, el juego se habrá acabado y entonces no podré volver a elegir, por lo que me quedaré sin mi moneda diaria”-.

Se pueden sacar varias conclusiones de esta pequeña historia:

1.-No siempre quien parece tonto, lo es.

2.-Hay quienes se creen muy listos y son unos simples idiotas.

3.-La ambición no es buena consejera, e incluso nos hace parecer más tontos de lo que quizás realmente seamos.

Pero la conclusión más interesante es, que “debemos sentirnos bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que realmente somos”

"El mayor placer de un hombre inteligente es aparentar ser tonto delante de un idiota que aparenta ser inteligente"

(Autor: lo desconozco)