Son las tantas de la madrugada y acabo de llegar a casa, con los ojos como platos pero las neuronas cansadas. No estoy para pensar mucho, pero antes de meterme en la cama me apetece compartir una historia que llamó mucho mi atención cuando la leí. Es una historia de tantas que encuentras en cualquier página web, de ésas que tanto me gustan, porque al final encierran una gran lección. Esta noche, sé que a algunas "amigas blogueras" les está costando conciliar el sueño, así que quiero dedicar esta historia a todas las personas que se hayan convencido de que "quien realmente te quiere, no te hará sufrir", pero especialmente a Marta. Así que con todo mi cariño, va por ti, para que "sigas sin callar cuando tengas algo que decir".
Y para todas las que en algún momentos nos hemos resignado a que no nos traten como merecemos, pensando que por amor, debemos perdonarlo absolutamente todo...
100 días
Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa.
Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina.
Cierto día llegó una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una audiencia. "No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor que siento por ti" le dijo al rey ," puedo hacer algo para demostrarte ese amor".
El rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo "acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa". Dicho esto, la mujer empezó su sacrificio. Empezaron a pasar los días y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades... muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor. De vez en cuando el rey asomaba la cara desde la comodidad de su habitación para verla y le hacía señas de aliento con el pulgar.
Así fue pasando el tiempo... 20 días...50... la gente del reino estaba feliz, pues pensaban "por fin tendremos una reina!!"... 90 días... y el rey continuaba asomando su cabeza de vez el cuando para ver los progresos de la mujer. "esta mujer es increíble" pensaba para si mismo y volvía a darle alientos con señas.
Entonces sucedió. A las 11:00 de la noche de aquél día 99, faltando a penas una hora para que llegara el día 100, la valiente mujer se rindió... y decidió retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al sorprendido rey y sin decir ni media palabra se marchó. La gente estaba conmocionada!! Nadie podía entender por qué aquella valiente mujer se había rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertirse en realidad!! Había soportado tanto!!
Al llegar a su casa, su padre se había enterado ya de lo ocurrido. Le preguntó: "por qué te rendiste a tan solo instantes de ser la reina?" y ante su asombro ella respondió: "Estuve 99 días y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un poco de piedad ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron.
Entonces entendí que una persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en sí misma, no merece mi amor.
Moraleja: Cuando ames a alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar... aunque te duela, retírate. Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado(a), quien no sea capaz de dar lo mismo que tu, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega... simplemente NO TE MERECE
Sencillamente PERFECTO Maddy. Nadie debe hacerte sentir poca cosa, nadie puede hacerte sufrir... y mucho menos uno mismo debe acostumbrarse a eso, a pensar que sufrir, dejar de ser uno mismo es el precio que tienes que pagar por una relación.
ResponderEliminarUna relación implica libertad, el ser uno mismo...por eso eliges a la persona que quieres que sea tu compañero/a, con sus defectos, sus virtudes, sus "cosas"... sin cambios.
Me copio tu moraleja, pero esta vez no para la nevera que ya no cabe nada... esta va para la Libretilla de Cosas Importantes.
Besos.
Buena historia Magdalena y mejor moraleja, si te hace sufrir conscientemente y no es capaz de paliar o mitigar ese sufrimiento, en verdad no te merece.
ResponderEliminarNo conocía la historia y me ha sorprendido gratamente.
Buen domingo
Srta Loos...el amor implica muchas veces sufrimiento sí, pero no que nos hagan sufrir desconsideradamente. Esa libretilla tuya debe ser todo un tesoro. Algún día me gustaría echarle un vistazo.jajajaj.
ResponderEliminarBesos
Canoso, me alegro mucho que te haya gustado la historia, a mi también me sorprendió la primera vez, y es de esos textos que no he olvidado.
Muchos besos y feliz domingo también para ti.
Interesante historia y con una moraleja muy cierta...un besote Magda
ResponderEliminarHemos leído ya mucho sobre las tramas el amor romántico, sobre la crueldad disfrazada de amor, pero nunca como en tu relato me parecen tan claras las situaciones, tan reales todos los personajes y tan heroica la actitud de la protagonista.
ResponderEliminarGracias.
Gracias Marita. Creo que el mensaje es lo que más importa, porque yo misma creí que por amor, todo se perdona. Afortunadamente, un día me di cuenta de que no es así. Si alguien realmente me ama, no me hará daño conscientemente.
ResponderEliminarUn beso
Qué sorpresa Pilar. Es un gustazo que te hayas pasado por aquí.
ResponderEliminarEsta historia me gustó tanto porque ya está bien de creer que por amor hay que aguantar carros y carretas, como se dice popularmente.
Duele separarte de alguien a quien amas, pero no vale la pena estar junto a esa persona, si no recibes un amor limpio, respetuoso, sincero...Como le comenté a la Srta. Loos, el amor nos hace sufrir, pero no debemos sufrir por amor. Parece contradictorio, pero es una gran realidad.
Un beso y gracias de nuevo.
Qué bonito, la verdad es que es una gran verdad, nadie a quien le dé igual ver sufrir a la otra persona, la quiere realmente, y más si sufre por su causa... ojalá todo el mundo tuviese la lucidez de darse cuenta a tiempo, se evitarían muchos sufrimientos innecesarios e incluso cosas peores.
ResponderEliminarUn beso!
Por cierto, siento no haberme pasado más, la última semana ha sido una locura y he estado muy poco pendiente de los blogs que leo. Espero ponerme al día y leer en condiciones las entradas anteriores. ;D
ResponderEliminarHola amiga Sonix...gracias por tu visita. Te perdono la demora, porque ya sé que has estado haciendo cosas mucho más interesantes. jajaja. Ya ves que te leo.jajaja.
ResponderEliminarHas resmunido muy bien el significado de esta historia.
Muchos besos y espero que tus proyectos sigan adelante y culminen con éxito.