viernes, 9 de abril de 2010

De todo y de nada

De todo y de nada llevo en mi equipaje por este viaje sin destino. De todo lo que creí que me podía hacer falta y nada de lo que realmente necesito.
Me voy deshaciendo de cosas para aligerar el paso, por mucho que lo desee es imposible llevar una vida a cuestas, como si cumpliera penitencia y ésa fuera mi cruz.
A veces es necesario ir dejando cosas en el camino para poder avanzar.
Nada es imprescindible para seguir adelante. Nadie es reemmplazable, pero sí sustituible.
Todo lo que hoy nos puede hacer falta, mañana quizás, lo dejamos de necesitar. Así que hay que decidirse por llevar lo más práctico, lo más versátil. Cuanto más cómodos viajemos por la vida, más ligeros nos sentiremos.
Me cansé de coleccionar recuerdos, de apilar momentos que fueron y no volverán a ser.
Es agotador rebuscar en cajones llenos de pasado y desempolvar tantos "por qué".
Es absurdo no tener hueco en la maleta para el "ahora", por estar llena del "ayer." Es como tener la nevera llena de productos caducados, sabiendo que no los vamos a comer.
Nos empeñamos en viajar por la vida con exceso de equipaje, arrastrando cosas que sólo sirven para sumar peso y restar espacio.
¿Para qué sirven las palabras que no se dijeron, cuando quedan tantas por decir?
¿Para qué sirven las lágrimas derramadas, cuando quedan tantas por derramar?
¿Para qué sirve vivir de sueños pasados si aún queda tanto por soñar?
¿Qué importa si fuiste feliz o infeliz, si cada día es una nueva oportunidad?
¿Para qué atesorar los "pudo haber sido" en lugar de ocuparnos de los "serán"?
Hago y deshago la maleta. Meto y saco. Doblo y desdoblo. Ordeno y desordeno momentos que un día significaron tanto y que hoy sencillamente, carecen de valor.
Me pregunto si vale la pena andar mirando al suelo, por que la carga que arrastramos nos impide erguir la cabeza. Raras veces el suelo aguarda una sopresa interesante. En cambio, ¿quién no ha disfrutado del paisaje que se abre ante los ojos con tan sólo mirar al frente?. Infinito, inacabable, perfecto para imaginar...
Quiero una maleta pequeña, cómoda y funcional. Donde quepa todo y a la vez no quepa nada. Todo lo que soy y nada de lo que fui. Todo lo que tengo y nada de lo que perdí. Todo lo que es absolutamente mío, ahora que sé que sólo me tengo a mi. Todo lo demás son adquisiciones prestadas, que hoy lo valen todo y quizás mañana, no valgan nada.
Quiero viajar ligera de equipaje..."me voy con mi corazón a dónde la vida me lleve".
En este viaje sin destino y en esta pequeña maleta, hay un sitio para ti.

4 comentarios:

  1. Lo difícil es sacar cosas de las maletas sin tener nada con que llenarla. Personalmente, soy demasiado neuronal para apartar los por qués sin dotarlos de contestación, para mirar a otro lado cuando las injusticias o aquello que no es lógico me pellizca la nuca, y para pasar página cuando no entiendo el final.

    Bueno o malo, el pasado nos hace como somos y como nos comportamos en el ahora y en el mañana, pero tal vez a veces sea una carga en vez de un empuje, solo tal vez ...

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  2. no es del todo cierto eso de q sólo te tienes a ti misma,sabes que cuentas con mucha gente que te quiere(en los q me incluyo)
    Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él.

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  3. Hola Jose...un placer tenerte por aquí, ya lo sabes.
    No se trata de mirar para otro lado para no ver las cosas que duelen, las cosas que como tú mismo dices, te pellizcan la nuca. Se trata de aprender a mirar al frente y no pasarnos media vida mirando lo que quedó atrás.
    Estoy de acuerdo que nuestro presente es una consecuencia directa de nuestro pasado, pero el pasado no se puede modificar, en cambio...el presente se puede VIVIR como decidamos. Y si el pasado, pesa demasiado para continuar adelante...¿¿¿qué ganamos con cargalo sobre los hombros sin descanso???...Muchos besos

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  4. Javi...gracias por venir y por quererme a pesar de comportarme muchas veces contigo como "una mosca cojonera".jajaja.
    Cuando digo que soy lo único que tengo, no me olvido de todo lo que me rodea, pero he aprendido que todo en esta vida es pasajero. Hoy está y mañana quizás haya desaparecido. Es muy fácil decir "para siempre", pero yo eso ya no me lo trago.
    Trato de poner cimientos a mis castillos, aunque a veces estos no sean lo suficientemente fuertes. Espero que esta vez, ésta aprendiz de arquitecta, corra mejor suerte.jajaja.
    Muchos besos

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